Muchas horas le arrebataste a mis
sueños
y muchas lágrimas arrancaste de mis
ojos,
llenaste de negros nubarrones mi
horizonte
y me hiciste por tu amor un peregrino.
Al alejarte dejaste en mí, el sabor
amargo
de tu ausencia sin un beso ni un adiós,
como una estrella fugaz te esfumaste
dejando el firmamento de mi vida en
soledad.
Mas nada impide que siempre te recuerde
y que viva tenga tu imagen en mi mente,
que en mi corazón esconda como un
tesoro,
los bellos momentos vividos junto a ti.
Tenerte a mi lado es mi más grande
anhelo
deleitarme con la belleza de tu rostro,
endulzar mis amarguras con el néctar de
tus labios
y encender de nuevo entre nosotros, la
llama del amor.
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