Esperaba un nuevo día
cuando alegre te vi nacer,
mi alma se colmó de alegría
como las aves con el amanecer.
Porque con tu nacimiento
oh Gabriela, hija querida,
aclaraste mi pensamiento
y cicatrizaste mis heridas.
Ansioso siempre te esperaba
para contemplar tu tierna mirada,
para deleitarme con tu sonrisa
como las flores con la suave brisa.
Naciste para llenar mi corazón
de esa felicidad tan ansiada,
y con toda vocación
velar por ti oh hija amada.
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