No es la luz de la luna
La que ilumina mi vivir
Es tu mirada que irradia
Luz, ternura, amor y poesía.
No pienses que son los rayos del sol
Los que embellecen mi mundo de fantasía,
Es tu rostro angelical que brilla en mi vida
Que cautiva y enloquece y me llena de alegría.
No creas que son las flores del jardín
Las que me embriagan con su aroma
Eres tú que desde el fondo de tu alma
Emanas la suave y deliciosa fragancia.
Pues dulce cual miel parecen tus labios,
En tu sonrisa se divisan bellas perlas
En tu rostro el fulgor de las estrellas
Que llenan de envidia al sol y a la luna.
Cautivas con tu hermosura mi vida
Y me atraes hacia ti cual mágico imán
Haciendo que mi corazón se impaciente
Cuando ausente mis ojos te buscan y no estás.
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