lunes, 17 de febrero de 2014

VENENO




Mi vida heriste
con tu mortal aguijón,
inyectaste de tu ponzoña el veneno
y así acabaste con mi ilusión.

La roca de nuestro amor
se debilitó y se resquebrajó,
el tren de la ilusión se descarriló
y nuestro crucero de amor naufragó.

Entonces las sombras cubrieron el sol
cegado por siempre nuestro amor quedó.
y la muerte con su fúnebre crespón
por siempre nuestros corazones, separó.

Que, triste es ver una ilusión morir
que dolor sentir un sueño acabar,
dulce melancolía presa de ti tal vez seré
y junto a ti sucumbiré.

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