lunes, 17 de febrero de 2014

EL VIENTO CONTÓ MI SECRETO



Lentamente saboreo, el recuerdo de mi juventud
En tanto la brisa aqueja el día que agoniza,
Como que el pasado estuviera escrito en mi mente y en mi corazón,
Evocando el tiempo viejo que se baña en el sabor de los recuerdos.
Las cuerdas de la guitarra entonan las notas de la eterna canción,
Mientras me embriago del pasado como luz en la neblina
Y mis ojos interrogan todos los rincones del alma,
Escudriñando todas las dudas y todas las respuestas,
Y ni un solo rumor arranca de las hojas muertas de mi existencia.
Pues la sombra floreada de una luz desanimada
Ilumina el sendero de este viajero imaginario
Mientras siento unas manos suaves que acarician el pelo arisco
Y la boca ausente del beso apasionado.
Pues la mente se apaga, con el placer de la tristeza desnuda,
Entonces escucho la canción de verano del pedazo de carne amada,
Con hambre de amor que enciende la sangre y una alegría injusta        
En tanto se aprestan nubes negras presagiando silencio y soledad.
Entonces quisiera incendiar mi alma estremecida por amor
Como antorcha que se para en la puerta del corazón,
Con ese frío intenso y penetrante que cruza por mi existencia,
Cual ruido silencioso que se inunda de vacío,
Como cuerdas rotas que rompe en pedazos la vida.
En la soledad escucho cantar, gritar, gemir y llorar
La tarde que se diluye en las sombras de la noche
Que extiende sus brazos emborrachándome de nostalgia
Bajo la lastimera angustia del silencio que sacude el alma
Por la mujer amada y lejana que hace penosa la vida,
Como ráfaga de recuerdos que hiere el corazón,
Y mis ojos, cubren con un enjambre de lágrimas,
Mientras temblando busco la caricia y el beso de pasión.
Más, las lágrimas ruedan por mis mejillas
Y llenan mis ojos de cortinas negras y tan solo miro
La luz errante que cubre la pálida noche.
Ulula el viento y el frío muerde mi alma desierta
Agitando el corazón como una tormenta triste y cruel,
Entonces corre por mis venas con rabia el frío desenfrenado
Como un beso que carece de pasión y ternura,
Y el viento se lleva las palabras, violando el silencio de la noche
En la que el día murió con el cielo y todo es gris.
Con los recuerdos se escucha la llamada de muerte
Y hace que la esperanza se derrumbe y las lámparas del cielo se apaguen,
La soledad se enrosque sobre mí como reptil ponzoñoso
Hiriendo mi corazón y mi alma con su veneno letal
Mientras desfallecido el viento relata, este mi secreto final.

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