y me envuelve un enjambre de tristezas,
ausente de tu mirada que irradia
ternura
un torbellino de llanto me arrebata la
alegría.
En vano busco en el firmamento
el destello de tu belleza,
la dulce melodía de tu voz ya no
susurra
ni el néctar de tus labios sacia mi sed
de amor.
Embriagado de tristeza le grito al
silencio
a ver si en medio de el escucho el eco
de tu voz,
más la herida aún la siento en el alma
porque te marchaste en la barca del
adiós.
No hay comentarios:
Publicar un comentario