Un día como este,
como este y muchos más,
te conocí y mi amor te entregué
sin medida y sin dudar.
Como en aquel día
que a tus brazos me entregué,
en este día triste y gris
con tristeza mi adiós te lo daré
Adiós, que seas muy feliz
que nunca te he de odiar,
pues este día tengo que partir
en busca de otro ser a quien amar.
A este triste adiós me enrumban
la maldad, el rencor y la hipocresía;
que con saña y maldad destruyeron
ese amor que una tarde te ofrecía.
Mi alma y mi corazón
jamás desean a nadie la maldad,
y es por eso que te deseo felicidad
a pesar que con esto he perdido la razón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario