lunes, 17 de febrero de 2014

PADRE



Querido y adorado padre
eres un gran arquitecto,
pues pusiste las cimientes en mi vida,
tú, el que con cariño construiste
la obra humilde que en mi habita.

Tú eres el humilde jardinero
que sembró la semilla en el jardín
para con gran amor verla crecer
y acariciarla como la abeja al jazmín.


Tú, eres padre querido,
de los guías el mejor,
eres brújula y lucero
que me guías con tu luz.

Quisiera padre mío
brindarte de mi vida lo mejor,
y que orgulloso te sientas del hijo,
al que tú lo criaste con amor.

Un hijo que te alabe y te bendiga,
por haberle dado la vida,
un hijo que ruegue siempre a Dios
por tu salud y llenarte de amor.

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