Tu aroma y tu pasión
han embriagado mi corazón,
y hoy duerme en su letargo
por ser el dueño de tu amor.
Que sea un sueño largo y profundo
y no despertar jamás, jamás,
hasta cuando me vaya de este mundo
y en la eternidad amarte mucho más
Pedirle a mi buen Dios
permiso para amarte,
regalarte todo mi corazón
y adorarte con toda mi pasión.
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